La insuficiencia de vitamina D, un problema real

La insuficiencia de vitamina D está relacionada con casi cualquier enfermedad crónica como el cáncer, los problemas vasculares y alienta la inflamación en el organismo. Los niveles adecuados de vitamina D son una protección inmunitaria que incluso nos hace resistentes a contraer enfermedades virales. Aunque en otras ocasiones he hablado de la más que preocupante insuficiencia de esta vitamina entre la población, en tanto en cuanto también ahora sabemos que los niveles óptimos son superiores a los antes considerados, en esta ocasión me gustaría centrarme en la presentación de unos datos que dan cuenta de la realidad del problema. Entre marzo de 2008 y septiembre de 2009 la fundación norteamericana Life Extension midió los niveles de vitamina D de 13.892 de sus socios, todos ellos estadounidenses. La sorpresa en los resultados no era precisamente esperable: no sólo el 85'7% tenía niveles por debajo de 50 ng/ml -los hoy considerados óptimos por los expertos en esta vitamina- sino que un 38% no alcanzaba ni los 30 ng/ml, lo cual la medicina convencional considera un nivel de insuficiencia. Lo alarmante es que éstos son los resultados de consumidores habituales de suplementos -es presumible que la mayoría estaban consumiendo al menos 800-1000 UI diarias de vitamina D- y miembros de una fundación médica que ha desplegado campañas de concienciación sobre la vitamina D desde hace varios años. Éstos fueron los resultados: un 38% no superó los 30 ng/ml, un 69% estaba por debajo de 41 ng/ml, y sólo un 14% estaba por encima de 50 ng/ml.

Pero los datos ofrecidos por esta experiencia clínica van más allá. Esta fundación también tuvo en cuenta a la hora de los análisis quiénes habían adquirido y por tanto consumido un suplemento de 5.000 UI de vitamina D3 en los 3 a 9 meses previos al análisis. Como en este caso sí era esperable, se obtuvieron niveles un 30% mayores que en el resto de tests. Pero no podemos dejar de señalar que no fue inhabitual encontrar niveles que no alcanzaban los 50 ng/ml en sangre, puesto que incluso la media en estas personas no alcanzó dicha cifra.

Consistente con la literatura científica fue el hallazgo de la mayor predominancia de deficiencia de vitamina D en las personas mayores. De todos los que tenían niveles claramente insuficientes o deficientes de vitamina D, la barra azul del gráfico inferior corresponde a los que tenían 55 años o menos y la roja a los que tenían más de 55 años:

Según el Dr Cannell, la dosis óptima para adultos de vitamina D estaría entre 4.600 y 10.000 UI diarias. ¿Deberíamos consumir todos estas dosis? El problema es que cada individuo tiene una respuesta bastante variable con el consumo de vitamina D. Probablemente las 1.000 UI diarias de vitamina D para adultos deberían ser más bien 2.000 UI diarias a la hora de hacer una recomendación poblacional, teniendo en cuenta los alimentos y suplementos. También hay que tener en cuenta que los protocolos de optimización de niveles de vitamina D recomiendan una etapa inicial de varias semanas con dosis semejantes a las que el Dr Cannell sugiere -es en esta etapa inicial donde creo que hay que considerar seriamente los suplementos de 5.000-7.000 UI diarias de D3- para luego mantener la dosis que no nos haga caer por debajo de 45-50 ng/ml en sangre, que es la que parece que en la mayoría de individuos se encuentra en el entorno de las 2.000 UI por día.